lunes, 15 de octubre de 2012

Dulces sueños

No hay nada más tierno que un bebé durmiendo.
Bueno, vale, no hay nada más tierno para mí que MI bebé durmiendo.
Entré hace unas horas, a oscuras, en plan furtivo y "armada" con una lamparita, para cortarle las uñas; es que le horroriza que se las corte y de día, despierto, es una batalla insoportable, mientras que de noche son cinco minutitos. El caso es que me he convertido en una experta porque ya he encontrado la luz adecuada (que se vean bien las uñas pero no lo despierte) y el momento adecuado, una media hora o tres cuartos después de quedarse frito.
Y cuando entro así y lo encuentro tan profundamente dormido aprovecho y primero le corto las uñas, no vaya a ser que despierte, pero después, cuando "el trabajo ya está hecho" y sé que no me lo van a echar de la guardería por guarro, me quedo un ratito mirándolo, tan dormido, tan ajeno a todo y tan pero tan bonito que me parece mentira que hayamos hecho una cosita así.
No hay nada más tierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario